10 de diciembre de 2015

Lo que Clarice Lispector dice sobre mi

¿Quién soy? No lo se.
Soy Sujeto en proceso, atravesado y en movimiento constante. Soy sujeta, en todos los sentidos de la palabra. El estricto y el poético. Soy incompleta, con faltas y restos.
Soy lo que me desagrada de mi, lo que amo, lo que convive en mi.
Soy la obsesiva pensante, muerta, ajena. que mira la escena que mi histérica embebida actúa.

Clarice Lispector dice en uno de sus libros “Disculpenme, pero voy a seguir hablando de mi, que soy mi desconocido, y al escribir me sorprendo un poco más porque descubrí que tengo un destino. ¿Quien no se preguntó alguna vez: ¿soy un monstruo o esto es ser una persona? Quiero antes dar fé que esa muchacha no se conoce sino a través de ir viviendo sin rumbo. Si cometiera la tontería de preguntarse “¿quién soy yo?” caería extendida y de lleno en el suelo. Es que “¿quien soy yo?” provoca necesidad. ¿y como satisfacer la necesidad? Quien se indaga está incompleto. La persona de la que voy a hablar es una tonta que a veces le sonríe a los demás en la calle. Nadie responde a la sonrisa porque ni siquiera la miran. Volviendo a mi: lo que escribiré no puede ser absorbido por mentes que esperen demasiado y que estén ávidas de refinamiento porque lo que iré diciendo estará casi desnudo”

¿Qué quiero? Tampoco lo se.
Transitar, “ir hacia” sin destino alguno, aunque eso me aterra y me obliga a enmarcarme.
Pero, tampoco se que es el destino, lo nombran como un lugar de llegada pero también como una especie de hilo de plata conductor de la vida, que nos va dirigiendo.
Lispector habla del destino como una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Uno cambia de rumbo para evitarla, pero ella también lo hace y nos sigue. Esto se repite una y otra vez y la razón es que la tempestad no nos es ajena, sino que en definitiva esta tormenta no somos más que nosotros. Dice con respecto a ella “lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesandola paso a paso. (… ) y tu en verdad la atravesaras , claro está. (…) la persona que surja de la tormenta no será la misma persona que penetró en ella. Y ahí estriba el significado de la tormenta de arena”

Hacia eso me dirijo, en eso estoy; atravesando mi propia tormenta, interna y externa, hacia mi destino y con mi destino a cuestas.
Soy mi propia tormenta y hacia ella misma me dirijo.