Demando lo que no me quieren dar.
Es hermosamente de manual el modo en que me deshago ante él.
Me deshilacho como un viejo trapo ahi desechada.
Y vuelvo a demandar, a chocar, a ser rechazada. A eso voy.
¿A qué mas sino?
¿Que puedo esperar?
¿que puedo querer?
Y no es él, sino el mundo.
O yo que voy al barro descalza esperando caminar sobre el sin hundirme un milímetro.
Es que espero llegar al otro lado, donde creo hay prados y jazmines.
O espero caer al barro, solo que no soy capaz de soportarlo.
Ya caí y seguí cayendo.
Y seguí cayendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario